lunes, 19 de enero de 2009

1809, La Reconquista de Vigo



La Reconquista de Vigo, otra historia mal contada

El día 8 de diciembre 2008 he leído en Faro de Vigo, sección Cartas al Director, un artículo publicado por Gumersindo Bóveda, titulado Al Hidalgo-Militar Cachamuiña, sobre el que desearía insistir en un punto señalado en el artículo, que me parece trascendental para en conocimiento y divulgación riguroso de la historia de Vigo.

Destaca Gumersindo Bóveda en su oportuno trabajo : “Desconocemos si por descuido o por descuido intencionado, la figura que es símbolo en todos los actos y celebraciones, que año tras año se viene realizando en honor y gloria de la Reconquista, nuestro héroe, Cachamuiña, no está representado en el conjunto de este monumento, pues, en contra de lo que muchos ciudadanos creen, la estatua que corona el monumento no es Cachamuiña”.

Me ratifico en la afirmación de Sindo de que, en contra de los que muchos ciudadanos creen, la estatua que corona el monumento no es Cachamuiña, es de Pablo Morillo.



foto de Pablo Morillo y estatua que corona el monumento a la Reconquista de Vigo, que de forma generalizada se piensa que es de Cachamuiña.


Con tal motivo me he permitido realizar una encuesta en la calle, y en una muestra de todo tipo de personas, mujeres, hombres, jóvenes, mayores, trabajadores, universitarios, etc., sobre el personaje D. Bernardo González del Valle, Cachamuiña, y de Pablo Morillo, y las respuestas fueron desoladoras.

A la mayoría no conocían absolutamente nada de Morillo, no les suena para nada el nombre de D. Bernardo González del Valle, Capitán del ejército en el Reino de Galicia, y a todos les sonaba Cachamuiña pero casi siempre de forma bastante equívoca: nadie conocía que fuese hidalgo ni Capitán del ejército, que había participado en batallas contra ingleses y otras, y muy pocos conocían que fue unos de los principales héroes de nuestra gesta de la Reconquista. Varios lo confunden con nuestro otro héroe Carolo, e incluso uno piensa que “era una especie de borrachín que merodeaba por el Berbés y la calle Real, y que le dio un viento y atacó a los franceses con una machada”.

Vigo es una ciudad que no honra a sus personajes ilustres, es decir, las autoridades de Vigo tradicionalmente no honran a sus personajes ilustres.

Pero no es sólo culpa del pueblo de Vigo. Durante muchos lustros los hijos de Vigo dedicaron su mayor esfuerzo a forjar una ciudad grande y pujante. Con el esfuerzo sed nuestra gente alcanzó a construir un importante tejido industrial, servicios y turismo, en una ciudad que obtuvo el mayor crecimiento demográfico de Europa en el siglo XX.
Muchos lo hicieron desde aquí, y muchos otros desded la emigración, en ambos casos dedicaron tanto empeño a la tarea de procurar el biesnestar de su familia y de su tierra, que apenas les quedó tiempo para contemplar su obra y la obra de sus ancestros, y divulgarla.
Así nació el tópico bastante generalizado por propios y extraños de que Vigo carece de historia y monumentos.

Sin embargo, la realidad es bien otra. Vigo se distingue por poseer pasajes y testimonios de la historia dificil de encontrar en el resto de Galicia, y a pesar de que no dispone de grandes monumentos, posee sin embargo valiosas referencias materiales de las formas de vida del pasado, que están ahí, pero no se divulgan de forma debida.
Así no podemos reconocer y rendir honor a nuestros personajes ilustres y héroes, que los tenemos como nadie.

Llamo la atención de que todos los años se viene realizando un homenaje por parte de las autoridades y sociedad civil, honrando a un héroe equívoco, y relegando a otro que sí prestó actos heroicos a nuestra ciudad.

Cuestiono firmemente los méritos de Pablo Morillo para con nuestra ciudad que justifique se le conceda el mayor honor en la representación del monumento de la Reconquista de Vigo. Y es que Pablo Morillo no realizó ninguna gesta o acto heroico a favor de nuestra ciudad.

En nuestro hecho histórico más relevante, la Reconquista, dicho militar participó con éxito en las luchas que dieron lugar a derrota del ejército invasor. Pero, además del mérito de ser un militar, al igual que otros, no protagonizó personalmente ninguna gesta heroica (colaboró con otros en una gesta), pero no fue ni mucho menos su principal protagonista que justifique coronar el monumento conmemorativo.

No era gallego y no luchaba por Vigo, luchaba por por ser militar de profesión, y por su propio éxito. Y cuando unos años más tarde recibió instrucciones de apoyar el gobierno legal en el trienio liberal, simuló aceptarlo y lo traicionó de manera infame uniéndose esta vez a los 100.000 hijos de San Luis, es decir, uniéndose al nuevamente invasor francés, y atacó y derrotó a la Milicia Nacional de Vigo, entró en la ciudad como un caudillo, destituyó a las autoridades liberales y la entregó nuevamente a los absolutistas. Volvió a ganar otra batalla, pero en esta ocasión la perdió el pueblo de Vigo, y como consecuencia de ello Vigo perdió la capitalidad que llegó a ostentar con todo merecimiento en dicho período del trienio liberal.


Según el Boletín de la Real Academia de la Historia, así se refieren historiadores a Morillo, entre otros :
“No es esto decir que dejara Morillo de encontrar oposición para satisfacer sus ambiciones, pero las circunstancias de Morillo y el saberlas él aprovechar le condujeron de repente a las más elevadas jerarquías de la milicia”.

Es decir, Morillo fue un gran militar, pero también fue un oportunista y un traidor al Gobierno Legal constituido en el trienio liberal; pero sobre todo un traidor al pueblo de Vigo:
(y un traidor a un país y a una ciudad no ha de tener la consideración de héroe)

Después de la Reconquista, el férreo absolutismo de Fernando VII, con las tremendas secuelas de persecuciones y encarcelamientos, tenía al pueblo indignado.
La ciudad de Vigo juró solemnemente la Constitución de 1812, restablecida por la Junta Consultiva, el 23 de febrero de 1820, acogiéndose a la causa liberal.
Las nuevas Cortes del gobierno liberal (1820-1823) llevó a cabo una profunda reforma administrativa del país, y el 13 de julio 1821 acuerdan reducir a cuatro las siete provincias del Reino de Galicia, suprimiendo las de Santiago, Betanzos, Mondoñedo y Tuy, manteniendo La Coruña, Orense y Lugo, y creando la de Vigo, que reemplaza la de Tuy.
El Gobierno legal había comisionado al entonces General Pablo Morillo para hacer frente a las guerrillas absolutistas que venían proliferando.
Morillo fijó su cuartel general en Lugo. Pero Morillo traicionó al Gobierno legal tan pronto supo de la proximidad de las tropas francesas, y se declaró contra la Regencia el 26 de junio.
Poco tardó Morillo en ponerse en contacto con las avanzadas de los cien mil hijos de San Luis, ejército francés contra los que muy poco antes había combatido, y que entraron en Lugo sin disparar un tiro. El 12 de julio, en unión con el ejército francés, se inicia un movimiento de tenaza sobre las plazas de Vigo y La Coruña.
En Vigo se fortalecía la Milicia Nacional con el alistamiento de voluntarios, milicia compuesta por 700 hombres, la mayor parte bisoños, que ataca la vanguardia de las tropas de Morillo situada en Pontesampaio, obligando a retirarse en precipitada fuga a los absolutistas. Los vigueses ocuparon aquella importante e histórica posición, donde 14 años antes (1808) habían luchado al lado del que ahora se presentaba como enemigo.
Tan pronto llegó la noticia al General Morillo que su vanguardia había sido derrotada, dispuso que inmediatamente avanzasen los batallones de Santiago, 100 caballos del Regimiento de Algarbe y 40 de Sagunto. Al anochecer tomaron la posición a bayoneta, al grito de “Viva el Rey”, a la que contestaban los milicianos con vivas a la constitución.
La derrota de nuestros milicianos fue total, y entró triunfalmente en Vigo el ejército absolutista del General Morillo .

Nuevamente en el poder los absolutistas, le fue asignada a Morillo la misión de aplacar a los independentistas hispanoamericanos; obtuvo títulos nobiliarios y otras prebendas.
(Se da un hecho muy significativo en la historia del personaje que puede resultar muy ilustrativo en cuanto a su concepto de la lealtad: Morillo terminó sus días en el exilio, en Francia!!, es decir, sufrió repudio en España!!)

Pero mientras tanto, para Vigo así concluía su fugaz experiencia como capital de provincia durante el trienio liberal.
Al ser Vigo desposeido de la capitalidad esta volvió a Tuy hasta que la presión de Pontevedra se la arrebató el 30 de noviembre de 1833.


Nuestro insigne D. José Mª Alvarez Blázquez, en su libro “Vigo en su Historia”, decía que la historia interna de la Reconquista de Vigo está por escribir.

Es preciso recomponer esta injusticia de inmediato, suprimir la estatua que corona el monumento, y recuperar la figura histórica de nuestro auténtico héroe, D. Bernardo González del Valle, nacido en Galicia y luchador codo a codo con los vigueses para la liberación de nuestra ciudad del yugo del invasor. Desde luego, nunca se cambió de bando, y fue herido de tres balazos en la batalla, es decir, participó de forma activa en la lucha al lado de nuestros combatientes y con su propio arrojo junto con sus soldados tiró abajo las puertas de la fortaleza, determinante para la rendición del enemigo. Morillo no tuvo ni un solo rasguño, y Bernardo González del Valle no pudo asistir a la capitulación del invasor vencido por estar hospitalizado de las heridas recibidas, honor usurpado por Morillo al verdadero héroe.

Queda para un otro siguiente trabajo de investigación redescubrir la importancia en la gesta de las nuestras ahora comocidas como Parroquias, entonces Concellos, en especial El Fragoso, Bouzas, Valladares, Lavadores, Bembrive, etc.

Gonzalo Prado
enero 2009
Asociación de Estudios Históricos de Galicia
Asociación de Amigos de los Pazos de Vigo











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